El debut de la Universidad de Chile comenzó con un empate a uno contra Huachipato, pero dejó un sabor amargo ya que el equipo no funcionó como era esperado por los fanáticos. ¿Qué le faltó a los universitarios?
Los equipos de Dudamel suelen defender con un bloque bajo pero bastante unido, por eso es una de las características que mejor muestran sus trabajos. Pero eso es algo que le faltó a la “U” en su debut por el campeonato chileno.
Cuando el conjunto visitante tomaba el balón, los extremos solían retroceder con lentitud y dejaban a la línea de los dos mediocampistas defensivos en solitario. En este caso, Espinoza y Galani tenían hasta a 6 jugadores a su alrededor, permitiendo que Huachipato pudiese jugar con libertad y crear juego sin tanto riesgo o presión.
En la jugada del gol, se notan varios fallos en el sistema defensivo. Luis Del Pino Mago, Gonzalo Espinoza y Joaquín Larrivey tenían encerrados a dos jugadores del conjunto rival, pero Mazzantti, con facilidad y una buena gambeta, deja al lateral izquierdo atrás y lanza el centro totalmente libre. Nadie lo siguió. Espinoza abandona la marca y de igual manera descuida a Urzúa (14), haciendo que junto a Poblete (en azul), Galani tenga dos jugadores bajo su marca, mientras que Larrivey también se desentiende de la jugada.
Poblete (autor del gol en azul), entró siempre solo al área, cuando estaba adentro Galani apenas notó su presencia y fue a marcarlo. Simón Contreras nunca entró al área para generar volumen defensivo y apoyar en la jugada. Cris Martínez baja el balón que fue al segundo palo, donde Andía no pudo hacer nada y Simón Contreras nunca llegó a apoyar en dicha marca. Bloques separados y jugadores del equipo rival quedando en solitario y sin presión alguna (caso Urzúa, en amarillo, quedando solo en el punto penal, resaltado en la última imagen.
A la hora de la creación de las jugadas, estos detalles de los bloques separados, especialmente en jugadas que eran contraataques o salidas rápidas, hacía que el juego no fuese fluido. Teniendo en cancha a un jugador tan colaborativo y asistidor como Marcelo Cañete, la Universidad de Chile no consiguió que el argentino diera su máxima contribución en este partido, a pesar de asistir en el gol.
Las salidas de Gonzalo Espinoza y Sebastián Galani eran complicadas en muchas de las ocasiones. A los dos mediocampistas les costaba filtrar pases entre líneas, bien sea buscando al delantero (Larrivey o Henríquez), o también a Cañete, para poder crear las jugadas de peligro. Esto se debe a la ya mencionada separación de los bloques. Los extremos subían y los laterales acompañaban, pero no con tanta influencia. El equipo de Dudamel también necesitó que Cañete bajara un poco más para recibir y crear algo más lejano al área rival.
Espinoza tuvo un promedio de 60% de efectividad en pases hacia el campo contrario, mientras que Galani tuvo un 75% de efectividad en dichos pases, pero dando solo 9 pases, además de tener 31 toques en el partido. Por otro lado, Cañete promedió 77% de efectividad en campo contrario, con dos pases claves y una gran ocasión creada. Con lo poco que tuvo el argentino, pudo crear algo de peligro en el área contraria.
La Universidad de Chile dirigida por Rafael Dudamel, necesita que sus líneas estén más juntas en defensa y también en el inicio de las jugadas de ataque en propio campo. Cañete debería ayudar más en la salida para tener más volumen en el mediocampo y ser más progresivo, haciendo que el doble pivote no tenga que filtrar pases a tantos metros de distancia, lo cual hace que las pérdidas de balones o cortes en dichos pases sean más habituales y agarren al equipo mal parado.
Apenas es el primer partido de la temporada, así que son cosas que pueden mejorar en el camino con el pasar de los partidos. Dudamel debe ser lo que mayormente ha hecho con sus equipos: exigirles más físicamente y hacer que todas las líneas se vean compactas, sobretodo en defensa. Ya veremos cómo evoluciona la Universidad de Chile en esta temporada.
