La selección de César Farías puede ser considerada la más débil de toda la eliminatoria Sudamericana, pero en esta Copa América los del altiplano buscarán avanzar a los cuartos de final, instancia que no consiguen desde el 2015.
Uno de los problemas principales de los bolivianos es su defensa. En la actual eliminatoria (primeros cuatro partidos) tienen 12 goles en contra en tan solo 4 partidos disputados, anotando 5 tantos.
Bajo el mando de César Farías, un director técnico conocido por su juego directo y buena defensa en general, con mucha solidez en esa última línea, el conjunto boliviano plantea una línea de 4 defensores, esperando siempre en un bloque bajo. Las falencias de este equipo están en las marcas individuales.
En una jugada que se ensucia, la defensa queda rota y no es acompañada por los mediocampistas tras un fallo en la marca de uno de los centrales, viéndose lentos ante los delanteros rivales, y dejando espacios suficientes para la creación de jugadas de peligro.
En esta jugada, a raíz de un balón parado, nuevamente entre cuatro jugadores un jugador contrario en solitario para cabecear y anotar un gol. Desatención en las marcas a pesar de tener superioridad numérica. Errores que extrañamente suceden en equipos dirigidos por César Farías con tanta repetición.
En esta secuencia, el jugador con el número 6 ingresa solo al área luego de habilitar a su compañero. Los dos defensores de Bolivia se quedan con el jugador que recibe y nadie persigue al lateral que entra al área.
La jugada terminaría en gol, con el lateral centrando a centímetros del área chica y con total libertad en la defensa de Bolivia para pensar y dar un pase acertado. El defensor central derecho tampoco salió a hacer el relevo tras la pérdida de la marca. Desatenciones nuevamente.
JUGADOR CLAVE
Marcelo Moreno, aquel veterano delantero de la selección boliviana, sigue siendo la pieza clave en un conjunto que aplica el juego directo. Por las actuales eliminatorias, el delantero del Cruzeiro tiene 3 goles en la misma cantidad de partidos disputados. No necesita involucrarse mucho en la creación de juego para hacerse notar.
Moreno Martins promedia 27 toques por partido, con solo cuatro disparos por cada 90 minutos disputados. Es un jugador que suele recibir los balones para crearse o buscar los espacios con su gran potencia física y buenos movimientos en la defensa rival, siempre buscando la espalda de los defensores. Es un jugador que saca mucho provecho del sistema directo en fase ofensiva de los equipos de César Farías.
Bolivia tiene que buscar mejorar en su ámbito defensivo, especialmente en la marcación y el retroceso. Su última línea defensiva no es la más rápida de Sudamérica, y sufre en los repliegues contra cualquier selección, por eso tratan de apostar al bloque bajo.
Sin embargo, el bloque bajo no le garantiza seguridad ni calidad a la hora de defender. El acumular jugadores en los últimos metros no genera garantía automática. Las desatenciones en las marcas individuales, repliegues y presión en bloque, provoca que los equipos contrarios consigan los espacios necesarios para hacer daño y con mucha facilidad.
Bolivia buscará ser un conjunto sólido en defensa, apostando al juego directo y rápido en ataque para poder conseguir hacer daño nuevamente en una Copa América, apostando a una preparación de cara al resto de partidos por eliminatorias.