Hoy, hace 14 años, se jugó en Estambul, Turquía, una de las mejores finales de la historia del fútbol.
En 2005, Milan y Liverpool se enfrentaban en la final de UEFA Champions League. Lo que parecía un primer tiempo cómodo para Milan (ganaba 0-3), terminó siendo la peor pesadilla de su historia: Liverpool consiguió remontar para empatar 3-3 el marcador; con goles de Gerrard, Šmicer y Xabi Alonso. Posteriormente, el equipo dirigido por Rafa Benítez ganó el trofeo por la vía de los penales.