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OPINIÓN: el fútbol en dictadura

Es imposible no hacer mención de lo suscitado la noche oscura (más de lo normal) del miércoles 03 de abril, en el Estado Lara, precisamente en el Municipio Cabudare, en Venezuela.

¿De verdad hay necesidad de hacer fútbol en tiempos de crisis? ¿De verdad se necesita que, por encima de todo, el deporte siga estando como prioridad para funcionar para distracción para la gente? Porque sí: para eso actúa la Federación Venezolana de Fútbol corrupta e inepta, distraer a la gente de los problemas que acontecen y atormentan día tras día a los ciudadanos. Para ellos vale; para ellos sí vale cada trozo de distracción y entretenimiento en medio de tanta, pero lo de ustedes es una vergüenza, con todo el sentido de la palabra.

Porque encuentran normal que un equipo que juega torneo internacional por la noche horas más temprano tenga que disputar un partido del torneo local por la simple razón de que no pueden reprogramar partidos porque aceptaron una primera división con veinte equipos, quizás algunos de ellos con contratos jugosos gracias a la corrupción en dictadura (mis respetos para los dueños privados, que no necesitaron ni necesitarán ningún dinero mal habido), pero lo cierto es que veinte equipos para una liga que está en pleno ridículo en los torneos continentales, y en medio de un país que sufre su peor crisis económica, política, social y humanitaria, es una total ridiculez. Todo esto para complacer a unos cuantos beneficiados.

Qué sencillo es mandar a jugar a un equipo por la tarde en otra ciudad, a unas pocas horas de carretera de su localidad, para cumplir un horario en el calendario, para luego regresar y por la noche recibir a un equipo argentino, en medio de las penumbras; en medio de una ciudad sin luz; en medio de un aeropuerto funcionando con plantas para generar energía eléctrica. A unos metros, la gente desesperada por tan solo un vaso de agua fría, en unos hogares que han pasado días sin el suministro eléctrico.

Pero no solo ese es el único detalle. Vergüenza mundial en el ámbito deportivo cuando, en pleno partido, con no más de dos mil personas presentes en el estadio para apoyar a un equipo que está cerca de la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores, otro corte en la energía eléctrica deja a oscuras el verde gramado del Metropolitano de Cabudare. ¿A cuántos hogares suministraría la energía eléctrica del estadio? ¿A cuántos hospitales?

Que se lo digan los jugadores del Estudiantes de Caracas, club nacional que estuvo a oscuras durante el entrenamiento, en un camerino donde no cabían todos y en medio de la oscuridad, y teniendo que bañarse en un pozo porque el suministro de agua no llegaba a la estadio.

Señores de la Federación y dueños de los equipos: ¿hasta cuándo?

Ya basta de romantizar estas acciones. Ya basta de querer dar la mejor cara cuando realmente no se puede. Entiendo con claridad el hecho de querer dar lo mejor y seguir adelante, pero las personas tienen que saber cuándo detenerse. ¿Que el fútbol corre por las venas y es la pasión de muchos? Eso es todo un hecho concreto, pero no quiere decir que en medio de una crisis jamás antes vista se tenga que hacer la vista gorda o funcionar como distracción para muchos. Es inaceptable. Cuando las condiciones no están dadas, es mejor dar un paso atrás. Así como lo hicieron los jugadores del Zulia F.C. y el Caracas F.C., a quienes, por cierto, la FVF quiere multar por no jugar un partido en medio del apagón nacional. ¿Alguna duda sobre quiénes manejan este torneo?

Repito: ya basta de romantizar estos esfuerzos, cuando los jugadores no tienen ni dónde bañarse. ¿Cómo harán con el agua fría para hidratarse? Es algo inhumano.

Deportivo Lara y Zamora: mis aplausos para ustedes.

En medio de la incertidumbre y una crisis terrible, ustedes siguen siendo un respiro. Mi crítica no va dirigida hacia quienes hacen vida en estas instituciones. Jugadores, equipos de prensa y logística, directores técnicos y asistentes, ustedes tienen mi admiración y total respeto. Se merecen el cielo por mantener viva la llama bajo presión y solo por pasión y amor a su trabajo.

Uno de ellos, los llaneros, a punto de conseguir un resultado histórico en tierras brasileñas. El otro, los rojinegro, una victoria importantísima en medio de la oscuridad, con un estadio casi vacío por unos hinchas que no pudieron asistir gracias a los problemas ya mencionados. Pero ahí estuvieron, jugadores y técnicos, dando la cara en medio de la penumbra, frente a un rival argentino obteniendo una victoria que los catapulta hacia la siguiente fase.

Al equipo de prensa y logístico, que en medio de la locura ahí estuvieron también, preparando y logrando que todos los pasos requeridos, a pesar de la situación, fuesen dados correctamente. A pesar también de que ni siquiera periodistas desde Argentina pudieran comunicarse con ustedes para simplemente pedirles datos de su equipo por la falta de señal telefónica, ahí estuvieron a la orden para cualquier contratiempo.

Que los aplausos para ustedes se escuchen en la oscuridad y sean la luz que los ilumine. La pasión está ahí, y su trabajo no es un trabajo, es un sueño que están cumpliendo. Cuando todo mejore, serán ustedes el mejor bastión de lucha para seguir adelante.

El fútbol en dictadura es eso: cosas que reprochar y cosas que admirar.

Carlos Conde Twitter / Instagram