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La Vinotinto ilusiona, pero más que eso convence

La exhibición ante Argentina dejó grato sabor de boca. Buenas sensaciones que permiten avizorar un futuro prometedor si de aquí a dos años se siguen haciendo bien las cosas.

Una victoria contundente. Ante un rival de peso. Grato fue el debut en amistosos de Venezuela para este año. Se le venció a la Argentina de Messi sin atenuantes con un fútbol práctico y pragmático, el cual permite sacar muy buenas conclusiones. La Copa América en Brasil está a la vuelta de la esquina y el equipo nacional debe dar el salto de calidad para emular lo hecho en el 2011 cuando se logró el tercer lugar.

Rafael Dudamel dejó claro el fútbol que quiere practicar. Su 4-3-3 es una demostración de que no quiere especular y que aprovechará al máximo que tiene una delantera muy buena, que cuando está enchufada puede darle dolores de cabeza a cualquier defensa. Lo visto ante Argentina no es obra de la casualidad. Es el resultado de un trabajo, el cual trata de buscarle otra identidad al equipo venezolano, el cual debe estar pensado dentro del objetivo de lograr un cupo a Catar 2022, ahora más que para Sudamérica hay siete cupos.

Venezuela fue superior a  Argentina en todos los sentidos. Hizo lo que tenía que hacer. Entregó la pelota a los sureños para que ellos tuvieran el desgaste y solo tratar de aprovechar cada oportunidad ofrecida con el contraataque. Los nuestros no tuvieron la pelota, pero cuando era suya hicieron mucho daño.

Dudamel buscó en la velocidad su arma y con los extremos bloqueó las posibilidades de Argentina. Muchos podrán decir que la Albiceleste no jugó bien, pero la realidad afirma y confirma es que Venezuela fue mejor y que el resultado no fue porque el rival no estuviera en su día, es simplemente la conclusión de que se enfrentó a una propuesta bien pensada y ejecutada, la cual no estaba en su libreto.

Lo que se viene es bueno. Esperemos que se cumplan con los objetivos. El viernes Rafael Dudamel se aseguró más tiempo liderando un proyecto que tiene como resultado un subcampeonato mundial Sub-20 y que es el germen para lo que se vendrá de aquí a tres años.

La Copa América es un termómetro, pero las Eliminatorias son el objetivo real para una planificación que marcha viento en popa.  El “Míster” tiene las herramientas, depende de él que todo funcione.

Manolo Portillo Twitter / Instagram